El parque Enrique Herreros, situado entre las calles de Cea Bermúdez y Bravo Murillo, no es sólo territorio de juego infantil. Los ciudadanos de más edad pueden ejercitar los músculos oxidados y realizar movimientos gimnásticos en una zona útil, terapéutica y, a juzgar por las pintadas, muy atractiva para los jóvenes pintores urbanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de enero de 2004