En su momento el presidente del Gobierno lanzó una andanada sobre la telebasura. Y desde el Grupo Parlamentario Popular se propuso la creación de una subcomisión en el seno de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte del Congreso de los Diputados. El objeto de la misma era el estudio del fenómeno de la violencia en el ámbito audiovisual y fundamentalmente en relación con la protección de los menores.
A mediados de octubre de 2003 comenzaron las comparecencias de los expertos. Tres días seguidos y se interrumpió el proceso, sin que su presidente, el popular Eugenio Nasarre, diera nunca una explicación convincente al respecto. Con la disolución de las Cortes se habrá frustrado una vez más cualquier expectativa de emisión de recomendaciones o de informes, en aras a buscar posibles soluciones.
Somos el único país civilizado que carece de organismos de control como un Consejo Superior de lo Audiovisual. Teníamos un problema: el que se deriva de los contenidos de televisión dirigidos al público infantil. Y lo seguiremos teniendo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de enero de 2004