El programa Panorama, una de las joyas periodísticas de la BBC desde hace medio siglo, hizo ayer historia con un reportaje sobre el caso Kelly una semana antes de que el juez Hutton haga público su informe. Bajo el título Una pelea hasta la muerte, el programa no deja títere con cabeza. Aunque no emitió un veredicto de culpabilidad y se limita a relatar los hechos que acabaron llevando al suicidio al doctor David Kelly, el programa fue un brillante ejemplo de la independencia de la BBC y una denuncia de las torpezas cometidas en este caso por sus dirigentes y sus periodistas.
De su colega de la BBC Radio Andrew Gilligan reconoce que "tenía algo entre manos", pero que se equivocó al decir "que alguien en Downing Street ordenó a los servicios de inteligencia que añadieran datos en el informe" sobre los arsenales iraquíes. El programa critica al director general de la BBC, Greg Dyke, por lanzarse a defender a sus periodistas sin informarse antes sobre los detalles del caso.
Al ex director de Comunicación de Tony Blair, Alastair Campbell, le recrimina su empeño en desvelar la identidad de Kelly, y al primer ministro, su participación en esa decisión. Hay estopa también para el jefe del Comité Conjunto de Inteligencia, John Scarlett, y también para el ministro de Defensa, Geoff Hoon.
El programa emitió también una entrevista inédita realizada a Kelly en octubre de 2002. En ella, el científico considera a Sadam "una amenaza inminente", pero subraya que Irak necesita "días y semanas" para desplegar sus armas, contradiciendo los informes de inteligencia en los que se apoyó el Gobierno para asegurar que Sadam podía lanzar un ataque en 45 minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de enero de 2004