Las detenciones de dos viajeros, uno de ellos en tránsito por un aeropuerto de Estados Unidos, por gastar bromas no revela sino el malestar por las molestias, tardanzas y humillaciones que hay que padecer cuando alguien se ve obligado a transitar por algún aeropuerto de EE UU. Quienes nos vemos obligados a tener que hacerlo por viajar entre Centroamérica y Europa, ya que una compañía aérea como Iberia nos impone este plan de vuelo, no dejamos de sentirnos indignados y reclamamos por qué no se vuelve a aquel antiguo plan de hacer escala en Santo Domingo o en otro lugar del Caribe en vez de en Miami.
Nos quitaríamos así demasiados sinsabores de todo tipo, ¡y eso que viajamos con pasaporte europeo, de uno de esos 27 países privilegiados del mundo! ¿Pueden imaginar lo que sienten quienes pertenecen a algunos de esos otros más de un centenar de países que no lo son? Sugiero que algún periodista del EL PAÍS haga un viaje de éstos y redacte una crónica de lo que le sucede.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de enero de 2004