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Necrológica:

Ann Miller, una reina del cine musical

La bailarina y actriz del teatro y el cine musicales Ann Miller murió a principios de esta semana en Los Ángeles a la edad estimada de 81 años, aunque muchos establecían que Johnnie Lucille Ann Colier, este era su verdadero nombre, había nacido en Chireno, Texas, en 1919 o 1923, según quien dijera la fecha; para ella obviamente la más tardía era la verdadera. Esto se debía a que con apenas 13 años de edad Miller mintió sobre su edad para poder trabajar y firmar un jugoso contrato como adulta con la RKO y este ardiz dio lugar a las posteriores especulaciones con su edad. Ann Miller poseía una chispeante personalidad y sostuvo la leyenda de que era capaz de producir 500 taconeos por minuto, lo que la convirtió desde muy pronto en la reina del baile urbano norteamericano conocido como tap dance. Como sus padres se habían divorciado cuando ella apenas contaba 10 años, haciendo ya entonces cinco que estudiaba danza en una academia adonde la había llevado su madre, se trasladó con ella a California y comenzaron a trabajar desde muy pronto en cabarés y salas de fiesta nocturnas y es en estos días cuando adopta el nombre de Ann Miller y donde la encuentra Lucille Ball en 1937.

Las características del baile de Ann Miller frecuentemente se han comparado con Ginger Rogers, Eleanor Powell o con Cyd Charisse siendo la realidad que era la mejor bailarina de las tres, poseedora de un oído privilegiado y una rapidez burbujeante que le garantizó el estrellato en varias películas junto a Fred Astaire y Gene Kelly. Entre sus grandes películas en la década de los cuarenta y cincuenta hay que resaltar Easter parade (1948), con Fred Astaire y Kiss m e kate (1953) con Judy Garland; en esa misma década del cincuenta, cuando los grandes musicales empezaron a declinar, Miller comenzó una larga carrera televisiva y de escenario que culminó con la reposición en Broadway del musical mame que le valió una larga temporada en cartel y el reconocimiento de crítica y público, y hasta el exigente Clive Barnes de The New York Time se rindió en elogios. Ya en ese tiempo era famosa por sus apariciones con una peluca negra lisa y los ojos maquillados como el legendario busto de Nefertiti, y ese look fue convenientemente explotado por la televisión hasta que en 1972 apareció en un memorable spot comercial de la firma Heinz promocionando "las grandes sopas americanas".

Su vida sentimental no puede calificarse de intensa pero sí de importante: tuvo tres matrimonios con tres multimillonarios: Reese Milner en 1946, William Moss en 1958 y Arthur Cameron en 1961. De los dos primeros se divorció y del tercero consiguió la nulidad y la única hija que tuvo murió al poco de nacer. Los zapatos de baile de Ann Miller a los que ella llamaba cariñosamente Moe y Joe están dentro de una vitrina de honor en el Museo de la Fundación Smithsonian de Washington. Había publicado dos jugosos libros de memorias: Miller 's h ighlife (1972) y Tops in taps (1981).-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de enero de 2004