Si hace un año el Madrid hubiera tenido que enfrentarse al quinto clasificado de la Liga con Mejía y Raúl Bravo como únicos centrales disponibles, las alarmas de la prensa habrían aturdido a unos cuantos. Hace un año Mejía era un buen estudiante de Informática que hacía méritos en el segundo equipo para que Ramón Martínez, el responsable de las categorías inferiores, le considerase mejor que Rubén. Mientras tanto, Raúl Bravo, mal encaminado como lateral zurdo, se disponía a iniciar una etapa gris en el Leeds United, en el que fue relegado a la grada. Hoy, ante el Villarreal, Mejía debutará en Primera y hará compañía a Bravo en el centro de la defensa, salvo que Carlos Queiroz opte por retrasar a Borja.
Las lesiones de Rubén, una rotura muscular; Pavón, una pubalgia, y Zidane, otra rotura muscular, así como la sanción a Helguera, han impuesto al técnico un esfuerzo imaginativo que se ha traducido en la convocatoria de Mejía y Jordi, del filial. Mejía, de 22 años, es un central diestro, práctico, más ligero y menos alto que Pavón y, por ello, quizá más rápido. Su fuerte es la colocación. "Me gusta anticiparme a las jugadas", dice.
Por otro lado, Ronaldo se recupera de una contractura en el cuádriceps izquierdo, hecho que no impidió su inclusión en la lista de jugadores que ayer se alojaron por primera vez en la temporada para pasar en régimen de concentración la noche previa a un partido en el estadio Bernabéu.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de enero de 2004