Con mucho gusto es mi deseo invitar a Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, y a Mariano Rajoy, candidato a suceder a Aznar, a visitar el hospital Puerta de Hierro para llevar a cabo una obra de misericordia, muy en consonancia con el maridaje que de hecho tienen con la Iglesia. Se trata de dar de comer a enfermos que no pueden hacerlo por sí mismos o por su necesaria inmovilidad. Si estas personas no tienen quiénes les ayuden, se quedarán sin comer. Así de claros y contundentes han sido con los familiares de una anciana ingresada por rotura de cadera. Si la política sanitaria y hospitalaria la consideran políticamente correcta, ¡por Dios!, ayuden al necesitado por sensibilidad humana. Y de paso, expliquen su programa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de enero de 2004