Las 42 fotografías y las cinco vídeoinstalaciones del artista griego Nikos Navridis (Atenas, 1958), que expone en la Fundación la Caixa, de Madrid (Serrano, 60, www.fundacio.lacaixa.es, hasta el 14 de marzo), están hechas con personas y globos, con el aire y la respiración. La exposición forma parte del programa paralelo a la feria Arco 2004, que tiene a Grecia como país invitado.
Las piezas más recientes tienen como título Respiraciones difíciles y en las imágenes aparecen un yogui meditando, un artista callejero echando fuego, el boca a boca de un socorrista y un campesino soplando entre la piel y la carne de un animal. También se exponen otras obras realizadas para las bienales de São Paulo, Estambul, Santa Fe de Nuevo México y Venecia.
"Me interesan los papeles que interpretamos a través de unos globos. Una respiración no tiene género y en alguna obra intento definir lo que es el vacío", declara Nikos Navridis al comentar sus piezas. A través de materiales ligeros, como el látex, o etéreos, como la respiración, el artista relaciona a los seres humanos con el mundo, lo que algunos consideran una escultura del aliento, con personajes que moldean el espacio.
El espacio, el cuerpo y el lenguaje forman parte del trabajo del artista que convierte en imágenes fijas y en movimiento, que Nikos Navridis invita a recorrer con un caminar continuo entre las proyecciones, como ocurre con los dos vídeos de Sin manos, o cuando ella se apoyó en su propia respiración, con cámaras desde el exterior y desde el interior del globo para recoger la respiración. "Es una forma de que la respiración vuelva al propio cuerpo, una recreación del cuerpo por parte del ser humano", según el artista. En otra instalación plantea el tema de la antigüedad del vacío, en una serie de 22 fotografías define el vacío y en vídeos de dos gemelas llena a la vez el vacío. El artista señala que cada espectador puede buscar sus propias interpretaciones.
La comisaria de la exposición, Rosa Martínez, que comenta las "respiraciones difíciles" en el catálogo, junto a otros textos de Denys Zacharopoulos y Joseph Backstein, declara que Navridis es uno de los artistas más personales y con un lenguaje propio, que ha podido desarrollar en bienales que la propia comisaria ha dirigido. "Es una obra que obliga a pensar, que juega con estrategias en su escenificación y utiliza un lenguaje contemporáneo pero con una obsesión moderna y muy personal".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de enero de 2004