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El Ejecutivo acometerá varias obras de urgencia en el Urumea para rebajar el riesgo de inundaciones

El Gobierno vasco empezará a quitar "antes de verano" los obstáculos que taponan dos de los tres ojos del puente de Ergobia, en el cauce del Urumea a su paso por Astigarraga, para reducir el riesgo de inundaciones en esta zona, una de las más afectadas por la riada del pasado fin de semana, cuando los vecinos aún tenían fresca la del año anterior.

En concreto, la Dirección de Aguas retirará el fango que impide el paso de las aguas del río por el ojo izquierdo del puente (la última limpieza se realizó hace tres años) y suprimirá el parque infantil situado sobre una plataforma de cemento que obstruye el ojo derecho desde hace al menos dos décadas.

Estas actuaciones, junto con la eliminación de sedimentos en el cauce del río en Hernani, son los trabajos que Medio Ambiente realizará "de manera urgente" para combatir inundaciones como las que hace siete días dañaron Hernani, Astigarraga y los barrios donostiarras de Martutene y Loiola. Así lo explicó ayer el titular de la consejería, Sabin Intxaurraga, tras reunirse en Astigarraga con representantes de los tres municipios y de la Diputación.

Intxaurraga reiteró que para el próximo junio, "en el peor de los casos para agosto", su departamento espera contar con el estudio hidráulico y de ordenación del Urumea encargado el pasado diciembre. Con él sobre la mesa, en el año 2005 empezarán los trabajos de encauzamiento del río, que sólo se han acometido en parte de Hernani y San Sebastián. Las obras comenzarán por aquellos tramos que se consideren "prioritarios", aunque no avanzó cuáles serán -"el estudio nos dará las pautas", dijo- ni cuándo terminarán las obras.

El concejal donostiarra de Urbanismo, Jorge Letamendia, destacó como importante el hecho de que las distintas instituciones comparten las explicaciones técnicas sobre las inundaciones. Detalló que todas parten de que la presa del Añarbe ayudó a "laminar" la crecida del río, no ha habido urbanizaciones recientes que han agravado la riada y el dragado del Urumea en las zonas bajas no contribuiría de forma sustancial a resolver el problema.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de enero de 2004