Bueno, qué entusiasmo de las señoras y las chicas con Gabino Diego en escena. Les gustaría protegerlo. Es un chico simpático, y todas sus actuaciones, desde que comenzó hasta hoy, son simpáticas. Dios se lo pague. El teatro estaba a gusto con él, y él con el teatro: incluso los hombres le aplauden y se ríen. Hace lo que los americanos llaman one man show, que en español quiere decir lo mismo. Con su guitarra, con alguna canción: pero lo suyo es hablar y seducir. Cuenta su vida, que es corta pero llena; cuenta de las personas que conoce y a las que imita, sea Fernán-Gómez o sea Gurruchaga; más de los que yo conozco, que tengo experiencias muy limitadas; sin embargo, llego bien a Elvis Presley, con el que cierra su actuación. Parece que ése es el número fuerte; sin embargo, me interesa más él con su cara y sus ropillas, imitando sin más recursos que la voz y la cara. O imitándose a sí mismo.
Una noche con Gabino
Texto e interpretación: Gabino Diego. Composición musical de Richard Krull. Dirección: Gina Piccirilli. Teatro Arlequín. Madrid.
Lo pasan bien: las parejas se dan codazos, se miran y se ríen al mismo tiempo: una parte del amor parece ser así, codos y risas, y está muy bien que Gabino lo fomente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de febrero de 2004