Colmenar Viejo celebró ayer su día de la vaquilla. Ésta es en realidad una estructura de madera a la que visten con llamativos pañuelos de colores, cintas, cascabeles, rosquillas o cualquier otro elemento de adorno. A las cinco de la tarde los mozos salen con su vaquilla por las calles del pueblo, guiados por el mayoral. Llevan campanas y látigos que golpean contra el suelo para hacerlos sonar. Al caer la tarde, todos se reúnen en la plaza del Ayuntamiento para bailar. La danza es espectacular: uno de los vaquilleros la baila, lo que exige un gran esfuerzo porque el armazón es bastante pesado, mientras que sus compañeros lo rodean haciendo sonar sus látigos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de febrero de 2004