Cuando uno ve (por la tele) a la señora ministra doña Pilar del Castillo pasearse el día de la inauguración por las salas del nuevo museo de arte en Palma, piensa: a) es una gran amante incondicional de cualquier forma de expresión artística; b) aplaude, como cualquier votante del PP, todo proyecto que en su seno nazca, por indecente que éste sea; c) pretende compensar, con sus apariciones de diletante en los protocolos, las horas lectivas de Música y Educación Plástica, que la LOCE arranca de cuajo a todos los escolares de este país.
Con un poco de suerte, y gracias a la dadivosidad de don Pedro Serra, los que ya han perdido su derecho a la educación artística tal vez puedan disfrutar de un generoso descuento en la entrada. ¡Quién sabe!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de febrero de 2004