El Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, que desde hace diez días sufre la huelga de cerca de 250 trabajadores subcontratados, advirtió ayer que puede haber vertidos fecales a los ríos si el paro prosigue dos semanas más. El presidente de la entidad, Ibon Areso, garantizó la potabilidad del agua y dijo que ha pedido la intervención del Departamento de Empleo a través de un laudo obligatorio.
Los responsables del consorcio, que comparecieron por vez primera para hablar del conflicto, señalaron que el paro afecta especialmente a las labores de saneamiento, puesto que no se pueden tratar los lodos y ello obliga a almacenarlos. Aseguraron que esta solución es temporal y en "doce días" las depuradoras más pequeñas, como las de Muskiz, Mungia, Elorrio y Amorebieta, tendrían que empezar a verter a los ríos. En el caso de la planta de Galindo, la más importante de Euskadi, afirmaron que podría aguantar un mes.
Areso dijo que la potabilidad está asegurada y los análisis se realizan con normalidad porque es cometido de la plantilla del consorcio. Afirmó que, si no se pudiera garantizar la calidad, se cortaría el suministro, lo que afectaría a un millón de personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de febrero de 2004