Cuando Bush y Blair deciden iniciar una investigación, sobre la información que los servicios secretos proporcionaron para "justificar" la invasión y el genocidio de Irak; nuestro (bueno mío desde luego que no) presidente del Desgobierno Español, mira hacia otro lado y desvía la atención con su dardos envenenados hacia otros temas.
Nos mintió, y además nos insulta creyendo que nuestro grado de idiotez y de amnesia es directamente proporcional al de su soberbia, torpeza y cinismo. Si las urnas no responden a esta afrenta, tendré que reconocer que todos hemos perdido mucho, pero sobre todo algunos mucho más, habrán perdido la dignidad y eso es algo que difícilmente se recupera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de febrero de 2004