Gracias a la profesora Hannah Hill por su carta: entiende que los uniformes en los colegios sirven para no marcar las diferencias pobre/rico. También lo creo. Pero creo que está bien que se sepan las diferencias, que nos empeñemos todos en que desaparezcan en su raíz, no en su apariencia; y que el uniforme pesa en el presupuesto del pobre y no en el del rico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de febrero de 2004