El cine dio la salida a la carrera de la oposición contra la guerra de Irak, que el miércoles defendía Aznar ante unos cincuenta diputados y senadores: los únicos que acudieron de los 535 con escaño. La Associated Press, contando una amenaza química anterior, metió la noticia de Aznar: los congresistas volvieron a los asuntos corrientes y, entre otras cosas, a la recepción de Aznar. El cine: 30 directores harán documentales de tres minutos para esta campaña, críticos para el PP. La cultura se ha refugiado en el cine para mantener la opinión transgresora. Se lo reprochan: "La gran contradicción de estos cineastas es que, por un lado, reivindican el papel crítico de su trabajo, pero, por otro, piden subvenciones públicas para sus películas, cuotas de pantalla y canales de dirección que garanticen su exhibición" (El Mundo, editorial). Los errores éticos no nos abandonan. La ayuda al cine se le pide al Estado; pero el Estado está ocupado por un Gobierno, el Gobierno y las Cortes están copados por un partido y todo está falseado. El cine español no necesitaría ayudas si el Estado no protegiera el cine de Estados Unidos: el peor cine de EE UU que ocupa las televisiones y las salas.
El no transgresor. La cultura es transgresora o no es. Soy contrario a las ayudas al cine o al teatro, y de una manera muy especial a las que vienen del Estado / Gobierno, los Ayuntamientos, las Comunidades. Círculo vicioso: la ayuda condiciona el contenido, el público se aleja de la propaganda que circula por las películas así ayudadas, se aleja, y el arte necesita más ayudas, con lo cual... El ejemplo de lo monstruoso es el cine de Franco, cuyas retrospectivas espantan. Alguien dice que nunca hubo cine franquista: como si yo no lo hubiera vivido y no supiera a qué películas se les daba el título de "interés nacional" que, curiosamente, se premiaban también con licencias de importación de películas extranjeras a las que sí iba el público. El suceso es ya irreversible: lo necesario sería que el Gobierno deslinde su política del Estado, el cual ayude al arte por sí y no por la política gobernante. Si Zapatero coloca a su comité de sabios al frente del contenido de la televisión pública, algo habrá hecho. Ah, ya están insultando (la mayoría de comunicadores son aznaristas) a estos personajes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de febrero de 2004