La imagen de la Virgen de Prima, tallada por el artista Cornielles de Holanda en 1526, es el hilo conductor de la exposición Stella Peregrinantium, inaugurada el jueves en Santiago de Compostela, y que inaugura el amplio y variado programa de exposiciones programado por la Xunta de Galicia con motivo de la celebración del Año Santo.
Grabados, tapices, pinturas y esculturas realizadas entre 1440 y 1550 descubren la enorme influencia del arte flamenco en Europa durante este periodo. Según el comisario de la exposición, Francisco Galante Gómez, algunas de las obras exhibidas nunca habían sido expuestas fuera de sus museos y colecciones de origen. Entre las que pueden verse en el Museo Diocesano de Santiago hasta el 21 de marzo destacan las pinturas La Anunciación, realizada en el taller de Roger van der Weyden, y Ecce Homo, de Jan Gossaert.
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Buena parte de las más de 80 piezas que forman Stella Peregrinantium son esculturas religiosas de los principales centros de la escultura flamenca de la época: Bruselas, Amberes y Malinas. La gran difusión de estas escuelas por toda Europa hacia el año 1500 se debió, entre otras causas, a los lazos dinásticos, las relaciones diplomáticas, las cruzadas y las peregrinaciones.
En el caso de España, la adopción de los patrones artísticos del Norte frente a los italianos se explica también por la sencillez y el recogimiento religioso que caracterizan a estas piezas. Así, un apartado de la exposición está dedicado a un grupo de escultores nórdicos (Simón de Colonia, Gil de Siloé, Gil de Brabante) que se establecieron en España a lo largo del siglo XV y que acabaron creando escuelas que difundieron las maneras artísticas de los Países Bajos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de febrero de 2004