Carmen Alborch, número uno del PSOE por Valencia a los comicios del 14-M, se brindó ayer en la presentación de la candidatura a recoger la voz de los "miles los ciudadanos que no podemos soportar cuatro años más de gobierno del PP". Alborch denunció la política de "crispación, desprecio, prepotencia y cainismo" de los populares y añadió que los socialistas no pueden esperar a que la historia nos dé la razón.
Alborch no escondió ayer en el Palacio de Exposiciones de Valencia su emoción por la tarea que el partido le ha encomendado ni tampoco su hartazgo -"como ciudadana lo digo"- de un PP que "gobierna con prepotencia, crispación, mentira y cainismo". La candidata dejó claro a lo largo de su discurso que su contrincante político ante la cita electoral del 14 de marzo no es el candidato del PP Eduardo Zaplana - al que ni tan siquiera mencionó- sino la propia concepción que los populares tienen de la política y de la ciudadanía.
"En otras convocatorias electorales nos hemos presentado casi casi pidiendo perdón por unos errores que han sido magnificados por la oposición política y escuchando cómo en voz baja nos deseaban que ganásemos", describió la candidata. "Bueno, pues ha llegado el momento de convencer para vencer. No podemos esperar a que la historia nos dé la razón, tenemos que cambiarla nosotros", agregó.
La candidata suscribió las declaraciones de José Luis Rodríguez Zapatero de que el PSOE puede ganar estas elecciones en votos y emplazó a los valencianos a que reflexionen sobre cómo son sus vidas y a que no deleguen sus vidas en nadie. "No queremos que nadie se resigne, ni tire la toalla".
Alborch se brindó a recoger las voces de los que rechazaron la guerra de Irak, y también "la de los que están hartos de padres autoritarios, de que nos riñan y suplanten nuestros deseos y necesidades".
La candidata socialista criticó las políticas de empleo precario del PP, que afectan sobre todo a los jóvenes; también arremetió contra la imposición de la religión en las escuelas públicas y, sobre todo, contra la violencia machista. "¿Qué está pasando en este país para que los obispos digan lo que dicen?", arremetió la candidata.
Joan Ignasi Pla, secretario general del PSPV-PSOE, apostó por "quitarle la careta a este gobierno" por abandonar las políticas sociales y por intentar convencer a los ciudadanos "de que la política no vale para nada". El responsable del PSPV en la ciudad de Valencia, Rafael Rubio, defendió que los valores del socialismo democrático están ahora más vigentes que nunca.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de febrero de 2004