Al menos 19 jóvenes chinos murieron anteanoche ahogados o ateridos de frío tras verse atrapados por la marea mientras mariscaban berberechos en la bahía de Morecambe, en la costa noroeste de Inglaterra, a unos diez kilómetros al norte de la ciudad de Lancaster. Es una zona particularmente peligrosa por la rapidez con que sube la marea y porque los bancos de arena cambian de posición con gran facilidad.
Los fallecidos, entre los que había dos mujeres, formaban parte de un grupo de unos 30 marisqueros, de los que la policía pudo rescatar con vida a 16, incluidos dos europeos de raza blanca. La policía confirmó a media tarde que los otros 14 rescatados son ciudadanos procedentes de China. Nueve de ellos son demandantes de asilo.
El marisqueo no es ilegal en la zona, pero la policía investiga si entre los fallecidos había inmigrantes irregulares, si tal como parece, estaban trabajando, y en qué condiciones lo hacían, por cuenta propia o de manera legal o ilegal para una o varias empresas. La tragedia de anteayer pone de relieve los abusos sobre los inmigrantes irregulares, que no tienen más remedio que trabajar en condiciones de enorme inseguridad.El grupo de jóvenes orientales estaba trabajando a oscuras y sin ningún material de protección, y muy probablemente habían llegado hacía poco al Reino Unido porque los supervivientes apenas hablaban inglés.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de febrero de 2004