Los medios de comunicación, los políticos españoles han azuzado estos días a los ciudadanos del Estado en contra de un político catalán, con el que se podrá estar o no de acuerdo, pero que hasta el día de hoy ha tenido una línea recta y nítida en sus planteamientos y actuaciones políticas.
Carod-Rovira fue uno de los impulsores de la disolución de Terra Lliure. En todas sus declaraciones se ha expresado contrario a toda actividad de lucha armada, entonces, ¿cúal es su responsabilidad? Carod-Rovira es un político que se dirige únicamente a su pueblo, a Catalunya, que su objetivo es que un día puedan ser independientes, ¿caben esos presupuestos en la Constitución de los españoles?
Le acusan de si ha negociado con ETA para que no actúe en Catalunya, ¿y qué? A Carod-Rovira, y a su partido, lo votan los catalanes para que defienda a su pueblo, no para defender a los castellanos, gallegos o andaluces, y para que trabaje a favor de la independencia, ¿ante quién debe responder? Si en un bloque de vecinos hay constantemente atracos y asaltos y los propietarios de esas viviendas no se ponen de acuerdo en tomar unas medidas adecuadas de seguridad, y los robos y asaltos continúan y uno de ellos, individualmente, pone rejas en sus balcones, puertas blindadas y alarmas, ¿le pueden reprochar el resto falta de solidaridad? Creo que no. Pues bien, Carod-Rovira, en uso de su libertad y con el mandato de sus electores, eso ha hecho, blindar a su pueblo. Si los demás "propietarios" no quieren gastarse unos euros, que no acusen a este diputado de insolidaridad.
En Andalucía necesitaríamos unos cuantos diputados que se preocuparan por nuestro pueblo igual que él lo hace de Catalunya; pero desgraciadamente lo que tenemos son unos diputados que se reclaman nacionalistas y en realidad son encefalogramas planos en cuanto a nacionalismo y me estoy refiriendo a las declaraciones sobre este caso de los diputados del Partido Aandalucista (PA) Ildefonso del Olmo y Antonio Ortega. Qué vergüenza que estos fracasados se reclamen del nacionalismo.
Si un día nuestro pueblo, Andalucía, despierta de su letargo, ojalá sepa elegir a ciudadanos que nos representen con la misma honestidad y compromiso con Andalucía como el que Carod-Rovira tiene para con Catalunya.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de febrero de 2004