Mientras en Madrid aumenta su fiasco circulatorio, con infinidad de calzadas y aceras intransitables y peligrosas para peatones y conductores. Mientras los automovilistas perdemos salud, tiempo y dinero en atascos continuos y eternos. Mientras pagamos los impuestos de circulación, ITV, la ORA, que se extiende a zonas limítrofes y ridículas por su prácticamente nula circulación de vehículos, usted, señor alcalde, que amagó con la imposición de impuestos de muy discutida y censurada en los medios legalidad, y que retiró a invitación de su partido, el PP, emprende gastos faraónicos en inmuebles para ubicación de sus departamentos.
Y, en parte, los pagamos los propietarios de automóviles, con endemia municipal de multas inaceptables: se multa en horas de madrugada, se multa en zonas en las que hasta ahora, durante años, los vecinos de la zona aparcábamos libremente (Canal de Isabel II, entre las calles de Pablo Iglesias, Islas Filipinas, Santander), ¡y el aviso de no aparcar se efectúa multando con nocturnidad!, se multa por los instantes en que los viajeros del automóvil (ancianos, niños) tardan en bajarse de él; se multa por todo y por nada. Si la mitad de propietarios de automóviles residentes en Madrid, un día, por necesidad, circuláramos con ellos, la Villa quedaría colapsada. Cuídese políticamente, señor alcalde, de la legítima ira de los conductores, porque somos muchos los que pagamos, tras los recursos que procedan, esta plaga desconocida de multas de circulación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de febrero de 2004