El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia por la que obliga a indemnizar con 107.000 euros a un hombre que hace 22 años sufrió la amputación de un brazo al recibir una descarga eléctrica en una caseta de Hidroeléctrica de Cataluña (Hecsa), actualmente absorbida por Fecsa-Endesa. El 25 de enero de 1982, Juan Carlos M. B., que entonces tenía ocho años, jugaba con sus amigos en el torrente de Vallparadís, en Terrassa (Barcelona), y entró a una caseta que contenía un centro transformador de Hecsa, cuya puerta estaba abierta. Recibió una tremenda descarga eléctrica, por lo que le tuvo que ser amputado el brazo izquierdo, y sufrió quemaduras en el pecho.
La familia reclamó que alguien asumiese la responsabilidad por el estado de abandono de la instalación, y después de 22 años el Tribunal Supremo les da la razón y condena al encargado del mantenimiento del transformador a abonarle unos 107.000 euros al considerar que las instalaciones estaban abandonadas y sin las pertinentes medidas de seguridad, según informó ayer el Diari de Terrassa.
Como el demandado ha fallecido, serán sus herederos quienes deban hacerse cargo del pago de la indemnización, aunque la sentencia establece la responsabilidad civil subsidiaria de la empresa eléctrica Fecsa-Endesa, que en su día absorbió a Hecsa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de febrero de 2004