Como era de esperar, el regreso de Joaquín, bajista y compositor de Los Nikis, y Mauro, ex Vegetales y ex Intronautas, no defraudó a quienes conocen su trayectoria desde lejos, así como a cualquier fan de Los Ramones que aún no se haya resignado a que dos de los componentes del cuarteto neoyorquino hayan pasado a mejor vida.
Ha sido éste es el título del disco de Acusicas, autoproducido y presentado con humildad en una compañía independiente. Un puñado de canciones grabadas con sinceridad y que facilitan esta vuelta por derecho de ambos músicos, acompañados ahora de la experta guitarra de la mitad del grupo Baby Horror, así como de un batería de apenas quince años que dará que hablar: Álex Moreno.
Los Acusicas
Joaquín (bajo y voz), Mauro Canut (guitarra y voz), Jesús Horror (guitarra y coros) y Álex Moreno (batería). Sala El Sol. Madrid, 11 de febrero.
Sentido del humor, inteligencia, sonido correoso del punki de finales de los setenta y buen gusto para trenzar felices melodías pop son las señas de identidad de esta banda, cuyas voces solistas, repartidas entre Mauro y Joaquín, consiguen la tremenda hazaña de desafinar con arte hasta en la presentación hablada de las canciones.
Canciones divertidas
Como ocurrió con Los Nikis, Los Vegetales e Intronautas, el fuerte de este grupo son canciones divertidas, frescas y con unos textos que reflejan un descaro más de otras épocas: La clonación, que homenajea a los arquetipos del glam rock; la corrosiva Es Navidad, o Atraco a las cuatro, repleta de componente punki cañí; Canto en inglés, con su dedicatoria al delirio multilingüe de la generación indie, o la broma bacaladera Exta sí, exta no.
Graciosos y enérgicos, Los Acusicas quizá hayan escogido una época en la que su propuesta no sea tan sorprendente como lo hubiera sido a principios de los años ochenta, pero también es cierto que, con lo aburrido que está todo ahora, estos punkis talluditos tienen campo de sobra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de febrero de 2004