Las críticas vertidas en la carta del señor Navarro contra el Gobierno catalán por su decisión de retirar las subvenciones a colegios no mixtos carecen de sentido. Claro que cada familia tiene derecho a elegir la educación que quiere para sus hijos, pero el mismo derecho tiene el Estado a no financiar, con el dinero de todos, modelos de educación "alternativa", basados en teorías discutibles y alejadas de las ideas básicas de respeto, igualdad y no exclusión a las que debemos aspirar.
Creo bastante evidente que bajo la burda coartada del "desarrollo diferente, ya que ellas maduran antes" se esconden otras intenciones menos loables, diferenciadoras de roles y perpetuadoras de ideas, no ya conservadoras, sino anticonstitucionales. La sociedad la formamos hombres y mujeres y cuanto antes aprendamos a reconocernos y convivir, mejor nos irá en la fiesta. Los experimentos, con gaseosa, o en todo caso, con Visa (oro, of course).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de febrero de 2004