El Partido Popular de Cataluña situará a los socialistas como los "principales adversarios" en la campaña y ninguneará a Convergència i Unió (CiU), a la que por primera vez aspira a superar en Cataluña. A pesar de no ser candidato, el presidente del PP catalán, Josep Piqué, tendrá un papel muy activo en la campaña.
"El PP debe tener muy claro que su adversario político en estos momentos es el partido socialista", subrayó ayer Piqué. En la práctica, el enfoque del PP coincide con el de los socialistas catalanes al situar los términos del debate en el conflicto entre populares y socialistas, con lo que CiU queda siempre al margen.
Nunca antes la federación nacionalista había afrontado unos comicios generales en condiciones tan complicadas y fuera del Gobierno de la Generalitat. Los estrategas del PP están dispuestos a explotar al máximo esta circunstancia para subrayar que el voto a CiU ha perdido utilidad, y una de las formas para evidenciarlo es hablar lo mínimo de la federación de Jordi Pujol.
Duran y la "chulería" del PP
El candidato de CiU, Josep Antoni Duran, acusó ayer a los populares de actuar con "chulería" y trató de romper la bipolarización que se augura entre los partidos del Gobierno catalán y el PP que todos, salvo Convergència, fomentan. "Yo pediría un poco menos de chulería al PP a la hora de hacer predicciones; a mí me preocuparía no estar en condiciones de pactar con nadie", afirmó en Madrid. El dirigente de CiU propuso crear una secretaría de Estado de tráfico y estudiar la posibilidad de crear fiscalías especializadas para casos de conducción temeraria y accidentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de febrero de 2004