Hace unos días arremetí, carta al director en ristre, contra Correos y Telégrafos, SA, por la devolución conjunta, al cabo de un año, de cinco cartas. Poco después recibí un correo electrónico de dicha empresa en el que se me ofrecían disculpas anticipadas por el fallo y se me solicitaba mayor información, facilitándome un teléfono para ello.
La conversación fue de lo más cordial, avanzándome una hipótesis absolutamente plausible: el destinatario cambió de domicilio sin dejar aviso en su oficina postal y las cartas se fueron amontonando en su buzón hasta que un posterior morador de la vivienda lo vació entregando el contenido en esa oficina.
Dijo Sancho Panza que "tanto se pierde por carta de más como por carta de menos": he aquí mis excusas para evitar también el defecto de lo que ya fue un exceso por mi parte.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de febrero de 2004