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OPINION DEL LECTOR

Inseguridad vial /1

Les voy a contar brevemente un caso que me ocurrió hace pocos días en el que queda descrita no sólo la actitud de muchos trabajadores de la EMT, sino también la de los ciudadanos de mi querido Madrid. Ocho de la mañana en dirección a mi trabajo. Estoy cruzando un semáforo y de repente veo que un autobús de la EMT se lo salta estando claramente en rojo para los vehículos. En la parada siguiente logro alcanzarlo, ya que el denso tráfico tampoco le permitía avanzar rápidamente. Esto hace aún más innecesaria su acción.

Educadamente y sin alterarme le pido la hoja de reclamaciones. El conductor no sólo se niega a dármela, dándome gritos, sino que pretende incluso cobrarme el billete por subir al autobús, cuando mi intención no era viajar en él. Es más, empieza a increparme y a enfrentarme con el pasaje con la excusa de que les estoy impidiendo llegar a la hora a su trabajo. Y ahora viene la parte que resulta aún más dolorosa. Se levanta un pasajero, se dirige hacia a mí y me dice: "Mire, señor, sus problemas no me importan en absoluto, así que bájese del autobús, que quiero llegar a mi trabajo de una vez". No sólo no se levanta nadie a apoyarme, sino que la única persona que lo hace es para censurar mi acción. Y no lo hace porque esté en desacuerdo, sino porque no le importan nada los problemas de los demás.

Ésta es la sociedad en la que vivimos: agresiva, insolidaria, egoísta, insensible, indiferente, pasiva... Siento ser tan negativo, pero no me queda más remedio viendo lo que veo todos los días por la calle. A todo esto aún no he recibido respuesta de la EMT pese a denunciarla al día siguiente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de febrero de 2004