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Un estudio alerta al sector editorial de que está en una "pendiente peligrosa"

La Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE) ha presentado un informe sobre la evolución de la rentabilidad del sector editorial en España a partir de las 90 mayores empresas y de su recorrido entre 1993 y 2002. La facturación está estancada, aunque con una notable caída a partir de 1998. No hay crecimiento en las ventas, pero se mantienen los índices de producción de libros.

El estudio ha contado con un comité asesor integrado por editores de todos los grupos. Con ellos han elaborado un editómetro: en literatura no se prevé crecimiento; los textos universitarios permanecen estables; en divulgación general se prevé una ligera mejoría; en infantil y juvenil hay mejores expectativas; en diccionarios y enciclopedias, las perspectivas son malas y casi peores en el libro técnico y científico; tampoco se prevé crecimiento en los libros prácticos; a corto y medio plazo, quienes mejor se colocan son las ciencias sociales y las humanidades; en el cómic no se ve salida.

'Glamour' y euros

"Los indicadores económicos señalan que el sector editorial está en una pendiente peligrosa", afirmó José María Álvarez de Lara, de ESADE Editorial. "¿Son ustedes un movimiento filantrópico?", preguntó a los editores. "El glamour no da euros". Él mismo respondió: "El sector tiene unos activos intangibles que no se reflejan en las cuentas de resultados. Son los autores y las obras".

El estudio no aporta nada que los editores no sepan ya. Y, aunque han participado en el estudio, no están de acuerdo con algunas de sus conclusiones. Por ejemplo, Josep Miquel Abad, director general del Grupo Planeta, y Albert Pèlach, de Grup Enciclopèdia Catalana, afirmaron que diccionarios, enciclopedias y venta a crédito no están tan mal. Riccardo Cavallero, consejero delegado de Random House Mondadori, afirmó que es "un error terrible hacer un estudio de la rentabilidad del sector, mezclando empresas diferentes".

Los editores están preocupados desde hace tiempo por algunos problemas: la sobreproducción, la distribución y los puntos finales de venta. La distribución también está afectada por "la relación entre la oferta y la demanda", señaló Emiliano Martínez, presidente de Santillana. "La sobreproducción de títulos provoca las elevadas devoluciones y las librerías sólo pueden tener los libros de temporada. Hay 370.000 títulos vivos en los catálogos de los editores que no cuentan".

Rosa Cullell, consejera delegada de Grup 62, añadió que para recuperar la salud del sector hay que "editar menos, promocionar más, reeditar y ajustar las tiradas". José Manuel Gómez, presidente de Anaya, hizo autocrítica: "Los grandes grupos queremos tener nuestra propia distribuidora y al final, en la distribución, acaban confundiéndose todos los sellos".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de febrero de 2004