Después de diez días, cerca de un millar de presentaciones de libros realizadas y varios millones de ejemplares vendidos a bajos precios, concluyó ayer la XIII Feria Internacional del Libro de La Habana, este año marcada por el ríspido desencuentro político con Alemania y la Unión Europea, a la que el Gobierno de Fidel Castro acusa de intentar sin éxito un "bloqueo cultural" contra la isla. La fortaleza colonial de La Cabaña, sede del encuentro, en el que participaron 70 casas editoriales de 24 países, fue literalmente asaltada por cientos de miles de habaneros sedientos de lectura, en su mayoría padres de familia con niños en busca de literatura infantil, difícil de conseguir habitualmente en las librerías cubanas.
Para los organizadores, la feria fue un éxito absoluto, tanto por la asistencia masiva y las cifras como por la "lección propinada" a quienes trataron de "sabotear" la muestra.
Según el Instituto Cubano del Libro (ICL), a esta XIII edición concurrieron 37 editoriales alemanas y decenas de intelectuales y artistas de ese país, movidos por la solidaridad con Cuba. El presidente del ICL, Iroel Sánchez, destacó que España y Alemania fueron los países más representados y llamó la atención sobre la "mesa redonda" realizada en televisión por un grupo de escritores y editores españoles, que criticaron la "política anticubana" de José María Aznar y la situación de la cultura en España.
En dicho programa televisivo, emitido en directo el viernes, participaron la novelista Belén Gopegui, la editora Eva Forest y el escritor y periodista Andrés Sorel, entre otros, quienes denunciaron el "adocenamiento" cultural en la España del Partido Popular y del PSOE y la "desideologización impuesta por el poder y los monopolios de la información".
Críticas a Aznar
Bajo un gran titular de "Intelectuales españoles contra la conspiración anticubana", el diario oficial Granma publicaba este fin de semana: "El actual Gobierno español ha retomado el conflicto con Cuba, pero no con cañones o con fusiles, sino con mentiras, manipulaciones y medios de comunicación al servicio de los enemigos del pueblo cubano". Y consideraba después que, "para más vergüenza, ni si quiera se arremete contra Cuba movido por intereses españoles, sino que se trabaja por los de otros gobiernos, el norteamericano (...). El Gobierno de Aznar ha pasado del triste capítulo de colonizador de hace más de cien años al todavía más vituperable de mercenario del nuevo emperador".
Ésta fue, en general, la tónica de una de las ferias del libro de La Habana más militantes que se recuerdan, en la que la política ha sido tan protagonista como la literatura; unos piensan que para bien; otros, que por desgracia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de febrero de 2004