Los artistas que trabajan en la calle, en disciplinas como el circo, el clown, las estatuas humanas, la danza, el graffito y las grandes instalaciones, acaban de crear la Plataforma Catalana de Artes de Calle con el objetivo de lograr reconocimiento y apoyo de los responsables de las políticas culturales y para que se facilite y se regule el uso de la vía pública, y se promueva la formación en estas expresiones, entre otros fines.
La plataforma se ha constituido en paralelo a la redacción de un manifiesto que desde el mes de diciembre ha logrado 250 firmas de adhesión tanto de artistas de sombrero a título individual como de compañías -La Fura dels Baus y Comediants, por ejemplo- y agrupaciones, como la Asociación de Músicos de Calle.
"En Cataluña hay mucha tradición de artes de calle y, en cambio, el apoyo que recibimos de las administraciones no es proporcional", lamenta Manel Pons, artista y miembro de la Fundació Societat i Cultura (Fusic), organismo que ha asumido la secretaría de la plataforma.
Pons ilustra esta "desproporción" aludiendo a la publicidad del Fòrum. "La mayoría de las fotos son de artistas de calle y, en cambio, cada vez lo tenemos más difícil para trabajar", apunta. En opinión del clown Àlex Navarro, la plataforma debe servir para que "la del artista de sombrero deje de ser una disciplina marginada y mal entendida", y alude al respaldo que tienen estas expresiones en países como Francia, donde las administraciones subvencionan el sector y han creado festivales y centros de formación.
La plataforma también persigue "fomentar el diálogo con todos los agentes implicados en las artes de calle: artistas y ayuntamientos, pero también vecinos y el sector turístico", añade Mathew Scott, que trabaja de estatua humana, y recuerda "la cantidad imágenes de artes de calle que ilustran los folletos turísticos".
El Ayuntamiento de Barcelona ha recibido bien la iniciativa como herramienta para "organizar y racionalizar el sector", en palabras del concejal de Cultura, Ferran Mascarell. La plataforma ha solicitado una reunión con la consejera de Cultura, Caterina Mieras, para transmitirle sus demandas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de febrero de 2004