Vivo en la avenida de Filipinas y, todos los días, camino varias veces a lo largo de la calle de Bravo Murillo, junto a los jardines del Canal de Isabel II. Es una delicia en una ciudad como la nuestra poder caminar contemplando árboles y plantas. Ayer, sin embargo, empezaron a cubrir estos jardines con unas espantosas planchas metálicas verdes. Será provisional, pensé. Pregunté. Me dijeron que no, que es definitivo e idea de la Comunidad presidida por doña Esperanza Aguirre. ¿Se han vuelto locos? Sinceramente, no puedo entender qué criterio siguen las autoridades que han decidido tal aberración. Socorro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de febrero de 2004