La familia de la donostiarra Belén Muro, de 34 años y embarazada, y de su hija de cinco años quiere "el máximo castigo, la cadena perpetua" para Christophe Dubarry, pareja sentimental de la joven, padre de la niña y autor confeso de la muerte de ambas el sábado en Hendaya.
Así lo afirmaron ayer Maite Muro y Ricardo Castresana, hermana y cuñado de la mujer asesinada. Los dos, junto a los padres y el resto de hermanos de Belén, encabezaron la concentración celebrada al mediodía frente al Ayuntamiento para condenar el crimen. Allí estuvieron arropados por varios cientos de ciudadanos, amigos y representantes políticos e institucionales. Por la tarde, en el Boulevard y sin presencia de la familia, varias decenas de personas convocadas por la Coordinadora de Mujeres Feministas de Guipúzcoa volvieron a mostrar su repulsa.
Nadie alcanza a entender por qué Dubarry acabó con la vida de su pareja y su hija. "Era una familia ejemplar", comentó Castresana. Tampoco Maite conoce los motivos que llevaron al presunto parricida a cometer el crimen, si bien corroboró que parece que el suceso se desencadenó a raíz de la relación de Dubarry con otra mujer. Una infidelidad de la que Belén sospechaba, según contó a sus compañeros de trabajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de febrero de 2004