Leemos en EL PAÍS las declaraciones del excelentísimo ministro Trillo, respecto a la decisión de 12 de las 62 familias afectadas por el accidente del Yak-42, que han interpuesto una demanda contra la compañía UM AIR: "Cualquiera que sea la explicación del accidente, es justo y razonable que se dirijan a la compañía". Si el ministro hiciese memoria recordaría que el 4 de junio dijo: "Hay que citar el acuerdo firmado por el EMAD y la NAMSA, que establece el aseguramiento de todo el personal militar español, fijándose una indemnización de 75.000 dólares por cada persona accidentada, tal condición ha sido plenamente cumplimentada... el EMAD ya ha solicitado a NAMSA que inicie urgentemente el procedimiento de reclamación del seguro (según recoge el Diario de Sesiones del Congreso, Comisión de Defensa, página 24479)". En segundo lugar, el 29 de agosto el Consejo de Ministros se ve obligado a adelantar ese dinero que le reclamaba a NAMSA porque reconoce irregularidades en el procedimiento del seguimiento del contrato, cuya responsabilidad está residenciada también en el Ministerio de Defensa. De estos dos datos ya podemos extraer las siguientes conclusiones: a) Defensa en nombre de las 62 familias exige la indemnización de 75.000 dólares y como reconoce errores en la formalización del contrato adelanta él mismo el dinero a las familias. b)¿Si el ministerio tiene autoridad y legitimidad para representar a las familias respecto a la indemnización de los 75.000 dólares cómo es que ahora se desentiende de esa responsabilidad aconsejando a las familias que es justo y razonable recurrir a la compañía? Es más, esta actitud lleva la deslealtad militar a su cénit ya que los militares se subieron a un avión contra su voluntad, pero por disciplina militar, (puesto que calificaron el avión de "tartana", de detonante de taquicardia y formularon 14 quejas de los 43 vuelos realizados), dicho avión tuvo un accidente, y ahora las familias tenemos que reclamar a la compañía que no fue la que obligó a nuestros militares a subirse al avión. Y esto ministro le parece "justo y razonable", cuando es una traición militar en toda regla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de febrero de 2004