En Fitur se ha presentado el programa para promocionar el turismo en Sevilla. Como el alcalde Sánchez Monteseirín no habrá mostrado manifestaciones de vanguardia de las que disfrutamos los residentes en el casco antiguo, me brindo a relacionarle algunas.
No debe faltar un trozo de asfalto lleno de mil grietas, remiendos, parches y agujeros que llenan el casco histórico. Ni Tapies logró un efecto de desgarramiento más hondo.
Los amantes de la buena arquitectura se mostrarán gratamente sorprendidos con la eliminación de las arcaicas azoteas y la aparición de modernos áticos. Estas deconstrucciones de rabiosa actualidad amplían las antiguas casas y donde había un piso, ahora hay dos.
No debe faltar un novedoso artefacto para reciclar basura de los que han florecido en Sierpes, o el barrio de Santa Cruz. La acción artística más desgarrada sale al paso cuando mil y un coches ocupan la acera y revolucionan su uso. Por último, en lugar bien visible debe colocarse en Fitur un excremento canino (de los 3.567 que conté ayer en mi calle).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de febrero de 2004