Cataluña ya no tendrá embajada en Marruecos. El Gobierno catalán ha decidido cerrar su delegación oficial en Casablanca, destituir a su representante, el ex secretario general de Esquerra Republicana, Àngel Colom, y traspasar sus funciones a otros departamentos u organismos de la Generalitat. Artur Mas, ex conseller en cap y promotor de esta oficina, acusó al tripartito de "hacer el juego al PP" y haber clausurado la embajada por "desidia".
El Gobierno catalán adoptó su decisión para "aplicar una política de racionalización de los recursos económicos y administrativos que se han destinado hasta ahora al programa Cataluña-Marruecos", dijo. O sea, que la austeridad presupuestaria que se ha impuesto el tripartito ha acabado por salpicar a sus delegaciones exteriores.
Las competencias de la legación serán asumidas por otros organismos. De esta manera, las tareas de promoción económica dependerán de la oficina del COPCA en Casablanca, capital económica de Marruecos. El resto serán asumidas directamente desde Barcelona. La XILA -asesoramiento de marroquíes que quieren trabajar en Cataluña- quedará adscrita directamente al Departamento de Trabajo. La Secretaría de Cooperación Exterior, que dirige Jesús Maestro, se encargará de la cooperación, mientras que Margarida Obiols, secretaria general de Relaciones Internacionales, se ocupará de las relaciones instituciones con el país magrebí.
El cierre y la consecuente atomización de las funciones de la embajada catalana en Marruecos originaron ayer la reacción airada de Convergència i Unió. El presidente de su grupo parlamentario, Artur Mas, culpó a Esquerra Republicana de "hacer el juego" al Partido Popular, cuyo Gobierno recurrió ante el Tribunal Constitucional el decreto que regula este tipo de oficinas y boicoteó su inauguración. Mas lamentó que "un Gobierno en el que se dice que hay gente nacionalista satisfaga a aquellos que boicoteaban la oficina", lo que consideró "una vergüenza".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de febrero de 2004