Agentes de la Guardia de Finanzas italiana se presentaron ayer por sorpresa en las sedes de todos los clubes de fútbol de primera y segunda división, provistos de un mandato judicial, para exigir los balances y justificantes anejos de los últimos cinco años. La operación, dirigida por la fiscalía de Roma, fue el primer paso de una investigación sobre las irregularidades en el mundo del calcio.
Las sedes de la Liga y de la Federación de Fútbol recibieron también ayer la visita de los agentes. "Tengo confianza y espero que los fiscales comprueben que las cuentas de todos están en orden", comentó Silvio Berlusconi, presidente del Gobierno y presidente del Milan. El Partido de los Demócratas de Izquierda, el mayor de la oposición, señaló en cambio que la acción policial constituía "la enésima señal de alarma ante un conjunto de situaciones irregulares que se conoce desde hace tiempo".
La fiscalía de Roma unificó en enero las investigaciones que ya se habían abierto en diversas provincias italianas, después de que los tres jueces instructores del sumario consideraran que existían indicios sólidos para establecer una acusación, de momento "contra desconocidos" y dirigida en general contra todos los clubes de la primera y la segunda categoría por supuesta falsificación de balances.
Giuseppe Gazzoni, propietario del Bolonia, sociedad de la primera división italiana, denunció en diciembre que existía un "dopaje administrativo generalizado" en el calcio y, sin citar nombres, indicó que era "frecuente" que el precio de los fichajes extranjeros se "hinchara" hasta un 100% en los balances, para incrementar el activo; que muchas compraventas de jugadores se realizaban solamente para maquillar las cuentas; y que los avales presentados a la Liga por varios clubes en verano pasado, para ser inscritos en la competición, eran totalmente falsos.
Los clubes italianos arrastran deudas altísimas. El Lazio debe unos 400 millones de euros; Inter, Milan y Roma están cerca de la cota de los 200 millones. El Juventus muestra un balance aparentemente sano, pero ello se debe a una serie de operaciones inmobiliarias atípicas que, según los analistas financieros, constituyen simples trucos contables.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de febrero de 2004