El astronauta de la NASA Michael Foale y su colega ruso Alexander Kaleri tenían previsto salir a última hora de ayer de de su vivienda en órbita, la Estación Espacial Internacional (ISS), para realizar un paseo extravehicular de cinco horas y media de duración. Estos dos astronautas, que llegaron a la estación el pasado octubre junto con el español Pedro Duque en una cápsula rusa Soyuz, son los únicos habitantes actuales de la ISS y su salida al exterior supone dejarla por primera vez deshabitada. La actividad extravehicular, como se denomina técnicamente un paseo espacial, estaba previsto que comenzase a las 22.14 hora peninsular. Hasta ahora siempre había habido un tercer astronauta, como mínimo, dentro de la estación cuando otros salían al exterior.
La NASA ha intentado hasta el último momento posponer este paseo espacial hasta que vuelvan a estar operativos sus transbordadores, pero finalmente se ha impuesto el criterio de los rusos sobre la conveniencia de cumplir las tareas previstas. Para quitar dramatismo a la insólita salida al exterior, la agencia estadounidense ha señalado que, por parte rusa, no es la primera vez que se realizan actividades fuera de un vehículo espacial quedando éste vacío, y que también por su parte hay precedentes con el programa Apolo, cuando los astronautas recorrían la superficie lunar y no quedaba nadie en el módulo.
El mismo Foale minimizó el riesgo y comentó que en la operación, los dos astronautas contaban con los centros de control en Houston (Tejas) y en las afueras de Moscú que calificó como su "tercera persona" en la operación.
Ahora sólo dos astronautas integran la tripulación permanente de la base debido a las restricciones de espacio, transporte y recursos impuestas por la congelación temporal de las misiones de los transbordadores tras el accidente del Columbia hace un año. Desde entonces la ISS depende de las cápsulas y naves de transporte rusas.
La tarea que Foale y Kaleri debían hacer consistía en retirar unos instrumentos de medición instalados en el exterior de la ISS, colocar otros nuevos e inspeccionar la estación por fuera, sobre todo un extremo del módulo Zvezda donde se escuchó el pasado noviembre un extraño golpe que pudo deberse al impacto de un fragmento de basura espacial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de febrero de 2004