Un grupo de trabajadores de la empresa tabaquera Altadis se encerraron ayer en la catedral de Sevilla en defensa de sus puestos de trabajo y en contra de los planes de la empresa de cerrar la factoría sevillana. La compañía hispano-francesa anunció el pasado mes de julio un plan industrial de cierre de plantas para ajustar la producción. La dirección de la empresa aún no se ha sentado con los sindicatos para negociar este ajuste por la oposición de los trabajadores. El coste del ajuste es de 240 millones de euros, que han sido cargados en la cuenta de resultados del ejercicio de 2003.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de febrero de 2004