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EL ENREDO

Ocaso del 'dream team'

Rajoy debería renovar a Trillo, Cascos y Palacio hasta 2009

YA SE HA ESCRITO casi todo sobre el fin de la etapa de Aznar, pero creo que no se ha valorado bien la posible disolución de un equipo irrepetible, el dream team del aznarismo. ¿Estaría Trillo en un Gobierno de Rajoy? Trillo dice que sí, que desearía seguir, se supone que para conquistar Perejil tres o cuatro veces al mes.

-¿Cómo sopla esta mañana el viento de Levante, Blanquita? ¿Duro y fuerte, como demanda el recio soldado español?

-Beeeee.

-¡Pues vamos allá, por la gloria de Hernán Cortés!

Nadie encuentra explicación a la promesa de Trillo en Santa Pola sobre conquistar Perejil hace ocho años (?), a pesar de que hace ocho años el islote era español (¡?!). La explicación dada por Trillo es aún más incomprensible: "Es que en casa soy así", dijo. Lo curioso de todo este cuento es que fue Ana Palacio quien se puso manos a la obra para sacarnos del atolladero. Ana Palacio. El otro puntal del dream team. ¡Ana Palacio! Ya se sabe, y bastante hay que lamentarlo, que Paco Cascos renuncia a la política y sus pompas, pero, ¿y Palacio? Rajoy debería hacer como Florentino Pérez ha hecho con Zidane, y renovar a Trillo, Cascos y Palacio hasta el 2009. El tridente galáctico. Si además confirma a Valdecasas y Del Castillo, y al tándem Acebes-Michavila (Ronaldo y Ronaldinho), Rajoy forma un equipazo. El dream team.

La euforia se dispara en el PP en cuanto peligra la unidad de España. No me pregunten por qué, yo no lo entiendo, pero es así

Pero Rajoy se empeña en marcar distancias, y da a entender que el dream team no sobrevivirá a Aznar. Es más: Rajoy telefoneó a Trillo para "interesarse personalmente" por la batalla de Santa Pola. ¡Eso es autoridad!

-Es que, Mariano, la noche, el ambiente, todo ayudaba. ¡Esa madrugada olía a España!

-Te tengo que dejar, Federico, que una ministra acaba de acusar al PSOE de pactar con asesinos, y voy a interesarme personalmente.

Seguramente, Rajoy interrumpió la conversación con la ministra para telefonear a otro que había llamado borracho a Pasqual Maragall. La euforia se dispara en el PP en cuanto peligra la unidad de España. No me pregunten por qué, yo no lo entiendo, pero es así. Por intentar comprenderlo, el pasado fin de semana comencé a anotar eufóricas declaraciones de dirigentes populares que relacionaban terrorismo, PSOE y unidad de España, pero me fui quedando helado, y decidí dejar los teletipos y pasarme a la tele sin sonido. La política, sin sonido, es muy interesante. Te fijas en cosas a las que nunca se da importancia. Por ejemplo: a Aznar apenas le queda bigote. Del poblado mostacho con el que empezó, apenas queda una fina película de pelo agreste, como dos tirillas de scotch-brite. ¿Y si fuera un hechizo? A medida que pasa el tiempo en Moncloa, se le adelgaza el bigote. Ahí estaría la explicación de su retirada, para no quedarse sin ese bigote de misterioso magnetismo. Si tendrá magnetismo que a Aznar le bastó pedir más dureza para que todo el PP le siguiera como un solo hombre, mientras el candidato y líder indiscutido, Mariano Rajoy, tiraba de móvil para interesarse personalmente por algunos excesos de las estrellas del dream team. Por cierto, si éstos no van a seguir, por montaraces, ¿cuál es el equipo de Rajoy?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de febrero de 2004