Agricultura fracasó en Bruselas en el último consejo de ministros en sus demandas para lograr un aumento de oferta en el mercado de los cereales, tanto para consumo humano como para la alimentación animal. España se vino de vacío en medio de las protestas de organizaciones ganaderas, fabricantes de piensos, pastas o cerveza. Los sectores afectados no aceptaron las explicaciones de la secretaria general de Agricultura, Isabel García Tejerina, y tienen previsto elaborar en los próximos días un duro manifiesto contra el Ministerio de Agricultura por no haber actuado con celeridad ante unas peticiones que se plantearon inicialmente el pasado mes de julio.
España defendió en Bruselas la reducción de aranceles para la importación de los dos millones de toneladas de maíz correspondientes al cupo de 2004. La Comisión de la UE, sin embargo, interpretando la actual reglamentación, estima que no tiene la obligacion de bajar aranceles si ese maíz entra en condiciones normales.
Agricultura alega por su parte que, de acuerdo con ese mismo reglamento, Bruselas tiene la obligación de rebajar los aranceles para la entrada de ese volumen de maíz a precios más bajos. Ante la falta de un acuerdo, España no renuncia a la posibilidad de iniciar acciones jurídicas
España planteaba igualmente la necesidad de articular mecanismos esepeciales para que pudiera llegar a España el centeno almacenado en los centros de intervención en Alemania y que hoy es imposible de adquirir en las licitaciones por el alto coste del transporte. Entre esas posibles medidas estaría la colocación por parte de Bruselas de cereal en almacenes esspañoles o poner en marcha apoyos para el transporte.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de marzo de 2004