Los mercados de valores comienzan este mes con subidas, a pesar de que los datos económicos publicados ayer ofrecieron un panorama que, cuando menos, cabe calificar de confuso.
En Estados Unidos y en el mes de enero descendieron los gastos en construcción, mientras que los gastos personales, de los que depende directamente el consumo, subieron el 0,4%, con un incremento de sólo el 0,2% en los ingresos. Ya en febrero, el índice de actividad empresarial, ISM manufacturero, bajaba el 2,2%, aunque otros indicadores parciales de esa institución, como el del empleo, alcanzaban su valor más alto desde diciembre de 1987.
En el mercado español, que se sumó a la orientación alcista de la jornada, falló el sector bancario y el avance del Ibex 35 fue de los menores de Europa, con el 0,62%. Aun así, este índice alcanza los 8.300 puntos y queda a sólo 40 del nivel máximo del ejercicio. El índice general de la Bolsa de Madrid ganó el 0,58% para cerrar en 867,52.
Los volúmenes negociados en esta sesión, claramente orientados a la baja, son una buena muestra del desconcierto de los inversores ante una situación que no entienden del todo, pues los indicadores económicos parecían merecerse bastante más papel del que salió al mercado. La contratación en el Mercado Continuo descendió hasta 1.843,13 millones de euros, casi 1.000 millones menos que el pasado viernes, y con apenas 200 millones de euros en operaciones institucionales.
Si en el mercado había poco papel, el dinero a su vez ponía muchas objeciones, pues sólo la condición de primera sesión del mes parecía justificar el tono positivo que tomaba la jornada. Los resultados empresariales publicados ayer en España se ajustaron, en general, a las previsiones, por lo que sólo en casos aislados aportaron empuje a la sesión.
La Bolsa de París subió el 0,63% y la de Francfort el 0,90%, mientras que Londres ganaba el 1,0%.
La Bolsa de Nueva York recuperaba a media sesión el nivel de los 10.600 puntos gracias a esa lectura benévola de unos datos económicos que en nada mejoran la percepción que los inversores tienen de la evolución de la economía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de marzo de 2004