Vaya frío que hacía el domingo por la tarde en Madrid. Camino del convento de San Plácido, no se veía más alma que los que acudían al concierto por la calle del Pez mientras los que llenaban los bares para ver el fútbol y calentarse con lo que mejor le entrara a cada uno les miraban, perplejos. ¿A dónde irán estos?, parecían preguntar con cara de asombro. Pues a las benedictinas de la campana que suena a muerto desde que Felipe IV se encaprichara con una de sus monjas y se la dieran con queso.
Dentro del templo se helaban las palabras y los huesos, pero ahí estaban los fieles de los Siglos de Oro dispuestos a una nueva sorpresa de este ciclo admirable. Esta vez traída de la mano de un australiano de Sidney que responde al nombre de Michel Noone y que un día se enamoró de la música española del Renacimiento, se vino a vivir por aquí, indagó en los archivos del monasterio de El Escorial y de la catedral de Toledo, formó un grupo llamado Ensemble Plvs Vltra y poco a poco nos va dando lo que sacó en claro.
Los Siglos de Oro
Ensemble Plvs Vltra. His Majesty's Sagbutts and Cornets. Schola Antiqua. Director: Michael Noone. Missa de Nostra Dona. Convento de San Plácido. Madrid, 29 de febrero.
Noone nos propuso una sesión que reproducía la música usada en una misa para la Virgen María conservada en un manuscrito en la catedral de Tarazona y que muy bien pudo ser celebrada en presencia de los Reyes Católicos. En él se incluyen obras de Juan de Anchieta y Pedro de Escobar, pero Noone ha añadido piezas de compositores de la época que con toda seguridad se interpretarían en el mismo contexto, como Francisco de Peñalosa y Francisco de la Torre. Todavía no se advierte en ellos la sensualidad sin límites, la cercanía a lo místico de un Tomás Luis de Victoria en el que eclosionará genialmente su semilla, pero a la severidad de estos creadores se unieron también el verbo más luminoso de Pierre de la Rue -quizá su O salutaris hostia fue el momento más emocionante de la sesión- y del entonces famosísimo Josquin Desprez, con cuyo motete Benedicta es caelorum regina, juntas todas las fuerzas vocales e instrumentales, se cerró una tarde magnífica.
Contribuyeron a ello los ocho miembros del Ensemble, los cinco de los Sacabuches y Cornetas de Su Majestad y la siempre formidable Schola Antiqua que dirige Juan Carlos Asensio, un músico exquisito y uno de los grandes expertos mundiales en el canto gregoriano.
Todos, bajo el mando inteligente de Michel Noone, el australiano enamorado de la corte de Isabel la Católica, pudieron con el frío por el infalible sistema de alimentar el calor de las emociones. Ya me dirán qué más se puede pedir, por 12 euros, para calentarse en los Madriles un domingo por la tarde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de marzo de 2004