El software español InQuiero, de NTR, se está abriendo paso en el mercado de soluciones de asistencia en línea para sedes web.
En sus dos años de vida, esta plataforma ha conseguido unos 400 clientes de todo el mundo, entre los que destacan grandes bancos, como Deustche Bank, fabricantes como Epson, organizaciones como Médicos sin Fronteras o administraciones públicas. "La agencia tributaria de Suecia lo utiliza para guiar a los contribuyentes con dificultades para realizar su declaración de renta por Internet", explica Lluís Font, director general de NTR.
Para diferenciarse de su competencia, InQuiero es independiente de la infraestructura técnica que se usa. "Al recibir una llamada de teléfono pidiendo ayuda, el asistente puede conectarse desde cualquier punto de Internet al servidor de InQuiero, teclear la clave de acceso y tomar el control remoto del ordenador del cliente, o asesorarle en su navegación por una sede web corporativa", explica Font. "No se necesita trabajar en un centro de llamadas, ni siquiera hay que instalar en el equipo un solo bit. Basta con utilizar un navegador web desde un cibercafé".
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"La tecnología de InQuiero mejora nuestra calidad del servicio al cliente y no es invasiva, puesto que se basa en la conexión directa vía web entre ordenadores", explica Diego Zachariou, responsable de desarrollo en Lemon Software, un proveedor español de software para la confección que tiene clientes en todo el mundo.
Creada en 2000, NTR ha desarrollado hasta ahora en sus laboratorios de Barcelona tres aplicaciones: Conectum, un servicio de mensajería instantánea profesional; Colaboris, un generador de intranets corporativas; e InQuiero, que está disponible para Windows y Mac y, pronto, para Linux y dispositivos móviles.
NTR, fue la primera compañía impulsada por Innocat, un fondo gestionado por High Growth Capital Partners. Posee distribuidores en Italia, Francia, y Escandinavia. El modelo de negocio de NTR se basa en el alquiler de aplicaciones (ASP) servicio que presta desde España a cualquier parte del mundo. Las excepciones son los grandes clientes, que prefieren utilizar sus propios servidores. Una de ellas es precisamente la operadora japonesa NTT-ATT.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de marzo de 2004