Reino Unido y Holanda han decidido penalizar las ablaciones genitales femeninas efectuadas en el extranjero. Ayer entró en vigor en el Reino Unido una ley que condena a 14 años de cárcel a los padres que lleven a sus hijas a otro país para mutilarlas genitalmente. La ablación está prohibida en el país desde 1985, pero ahora el castigo se extiende fuera de las fronteras británicas.
"Al margen del bagaje cultural, la ablación es totalmente inaceptable: no hay razón cultural que justifique una práctica que causa tanto dolor y sufrimiento", dijo el ministro británico del Interior, David Blunkett.
En Holanda, donde el Ministerio de Justicia presentará antes de fin de año un proyecto de ley, se presume que las condenas sumarán "varios años" para los adultos implicados, según fuentes ministeriales.
En ambos países, las autoridades iniciarán, como acompañamiento a las medidas legales, una campaña informativa entre la población inmigrante para que las menores conozcan las consecuencias de la mutilación y puedan denunciarla sin temor. Las víctimas son niñas y adolescentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de marzo de 2004