En materia de inmigración es necesario asumir un discurso claro que huya de la demagogia. La ordenación de flujos migratorios debe basarse en la inmigración legal y en la valoración de la capacidad de acogida, que no es ilimitada. Los inmigrantes contribuyen al crecimiento de nuestra sociedad, pero también nos exigen asumir obligaciones. Creo que es esencial respetar unas reglas de juego para todos que permitan a los inmigrantes generar derechos y que eviten el lucro de las mafias. La inmigración exige una política leal de Estado. El papel del Gobierno andaluz es responder adecuadamente a quienes vienen a vivir y a trabajar a Andalucía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de marzo de 2004