Un asunto tan delicado no puede contestarse con un sí o un no porque los casos hay que analizarlos uno a uno. No es lo mismo un chico de 13 años que otro que ronde los 18. Ningún delito puede quedar impune pero especialmente en el caso de la delincuencia juvenil la prioridad debe ser ampliar los programas de reinserción. Se impone una reflexión seria sobre la Ley de Responsabilidad Penal del Menor, tres años después de su puesta en marcha y cuyos objetivos no se cumplen adecuadamente, entre otras cosas porque las medidas contempladas en esta norma no han venido acompañadas de la financiación para las CC.AA. encargadas de llevarlas a cabo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de marzo de 2004