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Entrevista:MIKEL GARAIZABAL | Enólogo y escritor

"El vino tiene que volver a ser una bebida popular"

Mikel Garaizabal (Elorrio, 1972) ha pasado de dar clases en la Escuela de Hostelería de Gamarra (Vitoria) y asesorar a la bodega Mendraka a ganar el primer premio Gourmand al mejor libro didáctico sobre vinos del mundo con su Vinos de Euskal Herria. Considera que hay que difundir el consumo de vino con moderación entre la juventud. "De vino, se puede hablar durante horas; no es posible la conversación sobre un refresco de cola", recalca.

Pregunta. Su libro explica con sencillez un mundo considerado muchas veces para iniciados.

Respuesta. Tras dar muchos cursillos, me he dado cuenta de que las preguntas se repiten, falta un puente entre el sumiller y el ciudadano de a pie. Ese puente es el que he tratado de construir.

P. Defina las denominaciones de origen vascas.

R. Bizkaiko Txakolina es la revolución; Getaria, el alma mater del txakoli; Txakoli de Álava, la juventud que todavía busca su camino; la Rioja alavesa, una referencia mundial; Navarra, una denominación siempre sorprendente; Irulegi, la gran desconocida.

P. Antes se hablaba de bodegas; ahora de enólogos.

R. El enólogo no es un mago. Sin materia prima es imposible elaborar un gran vino. El secreto está en el viñedo y en una crianza cuidada al detalle.

P. Usted habla casi de artesanía. ¿Es posible elaborar un buen vino con procedimientos industriales?

R. Es muy difícil manejar millones de litros y obtener resultados sorprendentes. Siempre destacará un vino procedente de una bodega pequeña o mediana sobre el de una multinacional.

P. Pero ¡a qué precios!

R. Se ha entrado en una locura que no responde al coste de cuidado del viñedo, elaboración y crianza. Hay que volver a que el vino sea una bebida popular.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de marzo de 2004