José María Aznar, en un SOS al PP, acudió ayer a Andalucía para apuntalar a la candidata a la Junta Teófila Martínez, tal como, antes que él, hicieron Rodrigo Rato y Mariano Rajoy. Fue allí donde exigió una "gran mayoría" para defender la obra iniciada en 1996. Es curioso. Cuando el Gobierno popular inserta publirreportajes en Estados Unidos, por ejemplo, siempre se refiere a la España actual como el resultado de los avances de los últimos 25 años. Pero, para consumo interno, y más en campaña electoral, la historia de España son los ocho años de Aznar.
Pero el hecho es que Aznar no defraudó a sus más fieles. Ayer, se le pudo seguir desde el telediario de TVE-1, pasadas 21.00. Dijo, ante la atenta mirada de Teófila Martínez, que el primer riesgo que afronta España es la "política negativa". ¿A que llama política negativa?: a estar "dispuesto", según sentenció, "a hacer lo que sea para que no gobierne el PP".
Eso es, en palabras de Aznar, "la antipolítica". Y eso ha llevado, según el presidente del Gobierno, "a una alianza del PSOE con los que quieran romper España, con tal de que no gobierne el PP". En una semana pueden pasar muchas cosas, pero José Luis Rodríguez Zapatero haría bien en atarse los machos. Pronto será, si la crispación aumenta, y parece que así va a ser en la recta final, el Anticristo.
Los maestros de las campañas negativas, es decir, de los planteamientos que niegan todo lo que hace su adversario, sea bueno o malo, declaman, ahora, que los negadores son los socialistas. Es verdad que después de las elecciones de 1993, el PSOE compitió, en las de 1996, con el PP, en quién era más negativo y apocalíptico. Pero los principales dirigentes del PP parecen practicar el síndrome de Estocolmo y parecería que quieren confirmar aquello que pareció una caricatura; a saber, los famosos doberman que publicitaron los socialistas.
Tras definir a Rodríguez Zapatero como un líder "débil y sin agallas", Rajoy señaló ayer que tiene que "tragar con lo que le imponen sus socios". A continuación, para mostrar que él es otra cosa, Rajoy pidió la mayoría absoluta para tener un Gobierno "sin hipotecas" y estable.
Es cierto que a Rajoy las hipotecas no le agradan. En el estreno de su nuevo programa en Tele-5, la periodista Olga Viza preguntó a Rodríguez Zapatero y a Rajoy, por separado, si se acordaban del día en que vencía su hipoteca si es que no les avisaba su mujer. El líder socialista dijo que sí, que se acordaba. Rajoy contestó que no. Entonces, la periodista preguntó a ambos si sabían el montante que pagan al mes. El candidato socialista dijo que son "unas 160.000 o 170.000 pesetas". Rajoy, en cambio, dijo que ya no tiene hipotecas. ¡Cómo entonces se iba a acordar del día en que vencía la cuota si ya no tenía hipoteca!
Rodríguez Zapatero tiene razones para pedir el voto de quienes, dijo, "han podido sentirse distantes del PSOE en los últimos tiempos". Muchos de ellos se quedaron en casa el 12 de marzo de 2000. Fue acaso una de las grandes causas de la mayoría absoluta accidental del PP. Ayer señaló que el fin de ETA no se consigue dividiendo a la sociedad. "Ni separatistas, ni separadores", dijo. El líder socialista dijo también ayer que una victoria del PP el día 14 "convalidaría la guerra de Irak".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de marzo de 2004