Una casa de Benajarafe, un municipio costero de Málaga, se ha convertido durante varios días en el plató donde Toñi Martín rueda parte de su primer cortometraje titulado Lo que dura la eternidad. Más de 30 personas trabajan en esta película, de unos 15 minutos de duración, que se hace por fin realidad dos años después de que ganara el premio al mejor guión que otorga la Diputación de Málaga a proyectos sin realizar. Muchos de los componentes del equipo provienen de la Escuela de Cine de Madrid. Sin embargo, para Toñi Martín, éste es su debú audiovisual.
Pregunta. ¿Por qué ha tardado dos años en rodar el cortometraje?
Respuesta. Necesitaba más ayuda económica. Después de ganar el premio, y a través de la productora Toma 27, pedimos la subvención de la Junta de Andalucía y la conseguimos. Además, Canal Sur adquirió derechos de emisión y con todo eso pudimos reunir este equipo que trabaja casi 24 horas del día en esto. Como todo esto es nuevo para mí, la parte técnica la ha buscado Toma 27.
P. ¿En qué formato graba?
R. Estamos usando la cámara HD de cine alta de Sony, en vídeo digital.
P. ¿Cuánto se va a invertir definitivamente en este proyecto?
R. Unos 54.000 euros.
P. ¿Cómo está viviendo su primera experiencia audiovisual?
R. Vengo del mundo del teatro y esto es toda una aventura para mí. Estudié interpretación y, más tarde, dirección escénica en la Escuela de Arte Dramático de Málaga. Además, soy profesora de Literatura en un instituto de secundaria, pero lo del cine es algo nuevo.
P. ¿Cómo es el rodaje?
R. Bastante difícil, aunque me siento muy arropada por la gente. La planificación, lo que quiero contar, lo tengo bastante claro en mi cabeza y ellos me están ayudando a llevar al lenguaje cinematográfico mis ideas.
P. No sólo es guionista
R. Además de haber escrito el texto, dirijo el cortometraje y también actúo.
P. ¿Cuánto durará la grabación?
R. Siete días. Rodamos en algunos exteriores del centro de Málaga, en calle Granada, y ahora estamos en esta casa de Benajarafe.
P. ¿Qué cuenta?
R. Aunque es un corto, tiene detrás una historia muy densa. Ocupa unos 50 años de la vida de dos personas. Es la historia de una pareja desde que se conocen, con 10 años, hasta que tienen unos 58, cuando ya se han distanciado, existe incomunicación y monotonía y se ha perdido por el camino la magia y el encanto que los unió al principio. La verdad es que me ha costado mucho resumir todo esto en 15 minutos. Podría dar para un largometraje, la verdad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de marzo de 2004