Muchos ciudadanos están descontentos con la manera de hacer política que estamos obligados a soportar y quizá piensan votar en blanco, sin saber que el voto en blanco no es un voto de protesta, sino de conformidad y soporte al partido mayoritario. Además, como el voto en blanco es válido -cosa que no ocurre con el voto nulo o la abstención-, eleva el número de votos necesarios para alcanzar el 3% mínimo a fin de obtener un escaño. Si el ciudadano descontento quiere manifestar su desacuerdo con los políticos profesionales, no debe abstenerse ni votar en blanco, sino que tiene la alternativa de analizar las propuestas de los partidos minoritarios y votar al más próximo a sus ideales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de marzo de 2004